Director: Darren Aronofsky (2011)
Reparto: Winona Ryder, Barbara Hershey, Vincent Cassel, Natalie Portman
Está claro que uno de los ejercicios difíciles del arte narrativo audiovisual es el de relatar los cambios interiores, los procesos anímicos de transformación de los sentimientos y estados de ánimo. Esta película trata de un proceso de dicha índole. Una joven bailarina, sobrada de técnica y falta de pasión ve peligrar su salto a la fama como prima ballerina. Ha de interpretar El Lago de los Cisnes, una romántica historia de amor en que el cisne blanco acaba transformándose en cisne negro simbolizando lo que en psicología analítica se denomina la integración de la sombra. Sus propios problemas psicológicos le dificultan la tarea. Una madre dominante y manipuladora aparece como la causante de éstos y la crisis por la que el poder ilegítimo detentado por la madre es puesto en cuestión constituye el nudo dramático de la historia. La inocente Penélope se ve envuelta en una serie de alucinaciones y experiencias potencialmente destructivas que acaban dándole el poder de transformarse en el cisne negro, un ser cuya pasión y seducción culmina en un acto de suicidio que la protagonista interpreta admirablemente pero que la lleva a su propioa muerte. Ficción y realidad, vida y escena acaban fusionándose totalmente. La bailarina interpreta la danza la Reina de los Cisnes a un nivel de perfección absoluta en su ejecución, una perfección cuyas consecuencias fatales son el suicidio que culmina y expresa la pérdida de realidad derivada del proceso anímico que sufre..
La obra se ve lastrada por un exceso de melodramatismo en las metáforas visuales de la narración, un exceso, asimismo, de literalidad o mejor una falta de sutileza en describir un estado “patológico” delirante, todo ello paliado en parte por la exquisita interpretación de la protagonista y la belleza de las imágenes de danza. La historia presenta los tópicos al uso en este tipo de propuestas narrativas que giran alrededor de los traumas psíquicos asociados al complejo materno. Una madre que quiere vivir vicariamente sus sueños frustrados en su propia hija y para ello no duda en cortarle las alas aunque sea con la mejor de las intenciones. En este sentido carece de originalidad temática y narrativa, el tema de los traumas y de sus víctimas es lugar común en el cine contemporáneo como en nuestro caso en que la víctima acaba sacrificando su vida.
El director intenta reflejar el mundo del ballet, un mundo hermético en muchos sentidos, cuyo pathos con su dinámica de sufrimiento, exigencia, perfeccionismo y aspiraciones sublimes, se refleja en unos cuerpos hipermodelados y en unas almas intensamente orientadas al topos uranos platónico. Cuerpos y almas que crean un arte del movimiento sublime, aquel que expresa una belleza muda que embriaga los sentidos y el corazón.